PREDICACIÓN DE ROGÉRIO MAGNO - Pertenecemos al Señor

Pertenecemos al Señor

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

1“Ahora, pues, escucha, Jacob, mí siervo, Israel, a quien yo elegí. 2 Así dice Yahveh que te creó, te plasmo ya en el seno y te da ayuda : No temas, mi siervo, Jacob, Yesurún a quien yo elegí. 3 Derramaré agua sobre el sediento suelo, raudales sobre La tierra seca. Derramaré mi espírito sobre tu linaje, mi bendición sobre cuanto de ti nazca. 4 Crecerán como en medio de hierbas, como álamos junto a corrientes de aguas. 5 El uno dirá: Yo soy de Yahveh", el outro llevará el nombre de Jacob. Un tercero escribirá em su mano: "De Yahveh" y se le llamará Israel”.
(Lectura del libro del profeta Isaías, capítulo 44, versículos del primero hasta el quinto – Is 44, 1-5)

Pertenecemos al Señor, como dice Dios en su Palabra, la Sagrada Escritura, en el libro del profeta Isaías.
Solamente Jesús puede salvarnos. Nadie más.

25 “Al oír esto, los discípulos, llenos de asombro, decían : Entonces, ¿quién se podrá salvar? 26 Jesús, mirándolos fijamente, dijo: Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible”.
(Lectura del Evangelio de Jesús según San Mateo, capitulo 19, versículos del 25º hasta el 26º -
Mt 19, 25-26)

Dios Padre nos Dio Su Hijo para salvarnos del pecado y se hizo uno de nosotros, excepto en el pecado. Por tanto, Jesús no tiene el pecado original como nosotros que nacemos con este pecado. Mediante el bautizo, pertenecemos a la filación divina y hacemos parte de la família de Dios.

1 “Y a vosotros que estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los cuales vivisteis en outro tiempo según el proceder de este mundo, según el Príncipe del imperio del aire, el Espírito que actúa en los rebeldes; 3 entre ellos vivíamos también todos nosotros en outro tiempo en medio de las concupiscências de nuestra carne, siguiendo las apetencias de La carne y de los malos pensamientos, destinados por naturaleza, como los demás, a La Cólera. 4 Pero Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amo, 5 estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo, por gracia hábeis sido salvados, 6 y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús, 7 a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8 Pues hábeis sido salvados por la gracia mediante La fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; 9 tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe. 10 En efecto, hechura suya somos : creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos”.
(Lectura de La Primera Carta de San Pablo Apostolo a los Efesios, capitulo 2, versículos del primero hasta el décimo - Ef 2, 1-10)

Nosotros estábamos muertos como dice San Pablo Apostole n la Carta a los Efesios.
Si pertenecemos al Señor, resucitaremos con Él y haremos obras mayores que Él ha hecho, porque Él está junto al Padre y nos envia el Espiritu Santo.
Nosotros recibiremnos el Espiritu Santo, por esto, haremos obras mayores de que Él ha hecho.

12 “En verdad, en verdad os digo : el que CREA en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. 13 Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré”.
(Lectura del Evangelio de Jesus según San Juan, capitulo 14, versículos del 12º hasta el 14º - Jo 14, 12-14)
Debemos creer en Jesús. Porque si no creemos, no podremos hacer las obras que Jesús ha hecho y no estamos en comunión con Él.
Cuando estamos con el Señor, podemos todo, porque Él es nuestra fuerza.

6 “Si decimos que estamos en comunión com él, y caminamos en tinieblas, mentimos y no obramos la verdad. 7 Pero si caminamos en la luz, como él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado”.
(Lectura de La Primera Carta de San Juan, capitulo del sexto hasta el séptimo – 1Jo 1, 6-7 )

Jesús es nuestra Luz. No podemos andar en las tinieblas y ser verdaderos. Jesús dice que la verdad no está en nosotros.
Si pertenecemos al Señor, Él nos purificará del pecado.
Nosotros miramos más para las tinieblas que para la Luz.
Esta es la Verdad. Jesús nos dice siempre que Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Quien Le sigue, no andará en las tinieblas, más tendrá las Luz de la Vida. Como dice el presidente de los EUA : “Si, nosotros podemos”. Nosotros podemos mudar el mundo por la fuerza de la oración”, completa el Padre Jonas Abib. Debemos rezar el Santo Rosario diariamente. Podemos mudar el mundo con la oración del Rosario, participar en la Santa Misa con la comunión dominical, ayunar, leer y estudiar la Biblia y confesar antes de la comunión.
Nuestra Señora nos propone estas cinco pequeñas piedras para vencer definitivamente al diablo. Solo con estas “pequeñas piedras” venceremos las fuerzas del diablo.

Las cinco Pequeñas Piedras Son Las Seguientes :

La Primera Piedra es Lo Sacramento de La Eucaristia : La Eucaristia es el mismo Jesús de Nazarét vivo, verdadero y resucitado. No es una presencia simbólica, mas si su presencia real. Nosotros no Le vemos, pero creemos que Él está presente por la fuerza de Su Palabra. Jesús mismo, en verdad, nos dice : “Tomad todo y comed; esto es Mi Cuerpo que será entregado por vosotros”. Y después tomando el caliz con vino, dice : “Tomad todo y bebed; esto es Mi Sangre. La Sangre de La Nueva y Eterna Alianza que será derramado por vosotros y por todos para remisión de los pecados. Haced esto en Memoria de Mi”. La Iglesia, que es consiente deste gran mistério, obliga al celebrante, después de la consagración, a proclamar : “esto es el mistério de nuestra fe”. Con el poder de la Eucaristia, podemos defendernos de los ataques del diablo con mucha facilidad. La Eucaristia es el Sacramento de nuestra salvación. Jesús nos invita : “Haced esto en Mi memória” y es por la fuerza destas palabras que podemos celebrar la Eucaristia.

La Segunda Piedra es el Sacramento de la Penitencia (Confesión) : Es el Sacramento de la Reconciliación. El Sacramento de la Reconciliación no es un castigo, mas si el regalo de pascua de Jesús resucitado. Después de la Resurrección, Jesús apareció a sus apostoles y sopló sobre ellos el Espiritu Santo diciendo : “recibid el Espiritu Santo. A aquellos a quienes perdoneis los pecados, les serán perdonados; aquellos a quienes los perdoneis, ellos serán retinidos”. ? Cuando un sacerdote no puede perdonar pecados? Cuando una persona no está sinceramente arrepentida. Jesús, en los Evangelios, nos dice : “existe un pecado solo que no será perdonado ni en este mundo ni en el outro, que es : el pecado contra el Espiritu Santo”. ? Cual es el pecado contra el Espiritu Santo? El pecado contra el Espiritu Santo es : la falta de arrepentimiento, porque en el dia de nuestro bautismo, Jesús ha hecho de nosotros verdaderos hijos de Dios y herederos de los cielos. Desde el dia de nuestro bautismo, el Espiritu Santo ha hecho morada en nosotros como en un templo. Cuando nosotros cometemos un pecado, Él nos impulsa al arrepentimiento, nos ayuda, nos hace sentir un sentido de culpa y un deseo de pedir perdón. Si la persona no desea pedir perdón, no podrá ser perdonada ni en este mundo ni en el outro. Pero, no es suficiente confesar el propio pecado. Es necesario estar sinceramente arrepentido para recibir absolución. Por esto, Jesús nos dice : “A aquellos a quienes perdoneis los pecados, les serán perdonados; aquellos a quienes no los perdoneis, ellos serán retinidos”.

La Terceira Piedra es la Lectura y el Estudio de la Palabra de Dios : La Palabra de Dios es una palabra de luz que te hace salir de las tinieblas del pecado. Es la palabra de la verdad que nos libera de la mentira en la cuál Satan quiere que vivíamos. Es la palabra de Vida. La palabra de Dios es el mismo Jesús, que es el Verbo Eterno del Padre que nos orienta. San Pablo nos dice : “la fe viene de la Palabra de Dios y de Su predicación”. Leyendo la Biblia, alimentamos nuestra vida espiritual con la palabra de Dios. Nuestra Señora nos propone para que leamos los Jueves (dia de adoración al santisimo Sacramento, Jesús Eucaristico), el pasaje de la Sagrada Escritura : Evangelio de Jesucristo según San Mateo, capitulo 6, versículos del 24 al 34. Todos los Jueves son dia de adoración al Jesús Eucaristico. Todos los Jueves devemos leer este pasaje.

La Cuarta Piedra es la Recitación del Santo Rosario : Es una oración maravillosa. Al través de la meditación de los 20 misterios, tenemos la oportunidad de discurrir toda la vida de Jesús y de contemplar Su natividad, su vida publica, muerte y su resurrección. Meditando los mistérios de la alegria, revivimos la alegria de su natividad; meditando los mistérios de la luz, revivimos la vida publica de Jesús; meditando los mistérios del sofrimiento, revivimos el camino de quanto sofrió Jesús por nuestra salvación; meditando los mistérios de la gloria, revivimos su triunfo sobre la muerte y pecado, gracias al cuál fue abierta la puerta del cielo.

La Quinta Piedra es el Ayuno : El Ayuno es un sacrifício; es una penitencia que ayuda a crecer en la humildad y a fortificar nuestra voluntad para resistir a las celadas del diablo. El ayuno es muy importante. La Virgen pide a los cristianos que lo puedan hacer, que lo hagan a lo pan y água todos los Miércoles y Viernes. El ayuno puede ser de diversos nodos. Esto implica una privación. Podemos ayunar con los ojos, evitando querer cosas que no podemos tener; con la boca, evitando decir palabras que ofendan nuestros hermanos. En fin, se puede ayunar comiendo menos que se desea. El ayuno nos purifica y nos fortifica.

Estas “cinco pequeñas piedras”, Maria nos las ha dado para ayudar para que seamos más fuertes en nuestra vida espiritual y a vencer definitivamente al diablo. Del mismo David venció a Goliat, gracias a las cinco pequeñas piedras. Asi, Nuestra Señora nos enseña a vencer Satán, que es el Goliat de nuestra vida espiritual. Todas estas cosas podemos hacerlas, si queremos pertenecer al Señor.
Mis queridos hermanos y hermanas, permanezcamos con Jesús y tendremos todo lo que queremos, conforme Su Voluntad. Vamos a confiar en Él y abandonarnos ciegamente en Él.

Sorocaba, 18, Julio, 2009

Rogério Magno, OFS